Palabra que deriva del latín Discipulus, que significa discípulo, quien recibe una enseñanza de otro. Este vocablo nos enlaza con una relación Autoridad-subordinación, en la que una persona
dirige y ordena, y otra se somete y obedece. La disciplina está definida como la “manera ordenada y sistemática de hacer las cosas, siguiendo un conjunto de reglas y normas estrictas”. A su vez se entiende como la “labor que ejerce una persona para ensenar o adquirir buenos hábitos”, abarcando todas las reglas de comportamiento y las medidas aplicadas para cerciorar que dichas normas se cumplan.
Aplicando esto al BDSM y a la relación D/s, entendemos entonces la disciplina, como el conjunto de normas y hábitos que son el marco de actuación de un sumiso, durante el adiestramiento podemos vernos en la obligación de corregir ciertas desviaciones de conducta, por medios que impliquen castigos. Estos dependerán de la infracción o desacato cometido, y deberá ser siempre proporcional a la falta; teniendo muy presente que la cólera y/o ánimo de venganza NO PUEDEN TENER CABIDA.
Los castigos pueden ser Inmediatos y Formales, Físicos y Verbales, y los Castigos Corporales por placer y los de corrección. Explicaremos brevemente cada uno de estos:
[spoiler title=’Seguir Leyendo.’ style=’default’ collapse_link=’true’] Castigos Inmediatos: imposición inmediata de la disciplina, más allá del dolor físico debe suponer una sacudida emocional contundente, que corrija efectivamente la conducta incorrecta; su objetivo es forzar la atención del sumiso. Castigos Formales: se deben usar para corregir una actitud reiterada de incumplimiento o desacato de las reglas establecidas, la corrección de esta falta ha de pasar por un periodo de reflexión por parte del sumiso, para luego aplicar el castigo, procurando que el sumiso no obtenga placer a través del orgasmo o su inmersión en el subespace; además no se recomienda la fase de After Care, para finalmente conversar con el sumiso sobre la falta, su castigo y el compromiso de la NO reincidencia en la misma. Castigos Físicos: se aplican para corregir una Insolencia notoria, puede ser con azotes breves, intensos y limitados. Castigos Verbales: un Despiste merece sin duda una amonestación verbal o gesticular que imponga la concentración necesaria en el comportamiento y/o cumplimiento de las instrucciones recibidas. Corporal por placer: forma parte del juego y se tendrá habitualmente, estos deben buscar el equilibrio entre dolor y placer. Castigos Corporal correctivo: primero se debe conocer muy bien el límite en el que el sumiso disfruta de los azotes y sobrepasarlo ligeramente, con la intención de que sea mayor el miedo al castigo que al placer que le pudiera proporcionar. Los azotes serán contundentes, secos y fuertes, más rápidos de los que buscan el placer, sin pausas ni caricias, solo una voz severa y muy seria explicando los motivos del mismo. Cabe resaltar que acá hablamos mayormente de castigos a través de azotes, mas estos pueden ser variados, como la negación de orgasmo, la inmovilización o atar a los pies de la cama o mueble; todo va a variar con respecto al tipo de relación D/s, las prácticas y los límites de ambos.[/spoiler]