La sexualidad, como casi todas las actividades humanas, puede caer en la rutina, la repetición y el aburrimiento si no la cuidamos aderezándola con una cierta dosis de novedad y variación.
Las relaciones sexuales en la cama, los sábados por la noche que duran solo unos 15 minutos; que empiezan por unos besos en la boca, siguen con unas caricias que rápidamente pasan a los genitales, que apenas consiguen provocar la erección en el y la lubricación en ella y se abandonan para pasar a lo interesante, el coito; que solo contemplan dos posiciones, uno encima del otro y a la inversa, y que les permiten a ambos alcanzar el orgasmo, después del cual, felices y relajados, dormirán profundamente toda la noche; este tipo de relaciones son muy frecuentes agradables, y… monótonas, eso si. Si la pareja se entiende, si esa es la dinámica habitual, pueden estar satisfechos de su sexualidad, pero probablemente puedan pasárselo mejor simplemente variando un poco.
En el caso de las relaciones habituales hayan perdido interés, las razones para variar están aun mas justificadas; sin embargo, la personalidad debe reflejarse en todas las áreas de la vida.
Al hablar de este tema, algunas personas opinan que existe el peligro de perder el romanticismo y el cariño en aras de la experiencia, que se pierde el encanto de las cosas prohibidas, que una vez que ya se ha probado todo no queda nada que ofrecer: como si la sexualidad y su capacidad de producir placer se gastaran.
[spoiler title=’Leer más’ style=’default’ collapse_link=’true’]Pero lo cierto es que las cosas no funcionan exactamente así, pues tienen mas probabilidades de tener una vida sexual insatisfactoria las parejas con limitado repertorio de posibilidades sexuales que a la inversa. Concretamente, la pareja habituada a hacer el amor siempre de la misma forma es mas susceptible de quedarse indefensa ante cualquier disfuncion sexual que una pareja que varia.
En el primer caso, la estimulacion que siempre ha funcionado deja de surtir efecto un día y, aunque se insista en mas de lo mismo, el problema persiste. En cambio, en la pareja que huye de la monotonía, la disfuncion sera abortada sin darle demasiada importancia, recurriendo a otros estímulos y maneras, puesto que el objetivo suele ser disfrutar y no el de conseguir una respuesta especifica con una estimulacion concreta. [/spoiler]