La variedad de métodos para obtener el placer sexual es casi limitada. Existen, desde luego, unas técnicas básicas que siguen la mayoría de las personas, pero también existen numerosas y sutiles variaciones que constituyen los modos personalismos de estimulacion que cada persona desea en un momento concreto.
El tipo de estimulo, el punto exacto donde se aplica, el ritmo, la intensidad, son características diferenciales en la masturbación de cada uno, y en la misma persona, del momento de la respuesta sexual en que se halle y de las circunstancias. Ello explica que Masters y Johnson hallaran que el orgasmo obtenido a través de la masturbación era, en general mas intenso que el obtenido durante el coito o cuando la estimulacion procedía del compañero sexual.
Es evidente que solo uno mismo sabe, en cada momento de la excitación sexual, que tipo de estimulo y con que intensidad lo requiere. Aunque el desconocimiento por parte del otro puede suplirse con una muy buena comunicación, es muy difícil llegar a la perfección con que uno mismo puede estimularse.
Por otra parte, como dijimos del orgasmo, la sexualidad en pareja tiene otras compensaciones afectivas que no posee la masturbación.
La masturbación femenina:
Shere Hite halló, en su conocido informe sobre la sexualidad femenina, que un 73% de mujeres se masturbaban fundamentalmente mediante la estimulación de la zona clitórico-vulvar con la mano, incluyendo dentro de esta categoría varios subtipos según se estimulara única y directamente el clítoris, o toda la zona vulvar, o se acompañara de penetración en la vagina. Contrariamente a lo que se piensa, son muy pocas las mujeres que utilizan la penetración vaginal (inserción de un dedo o de un objeto en la vagina) como medio preferente de estimulacion: solamente un 1,5% de las mujeres que respondieron al cuestionario de Hite.
Otros métodos mas o menos frecuentes de masturbación son la compresión de los genitales contra un objeto ( la almohada, por ejemplo) la presión rítmica de los muslos, y el masaje o irrigación con agua en la ducha.
Mención aparte merece el uso de artilugios especiales para la estimulacion sexual. Sabemos, por las descripciones, figuras y objetos hallados anteriores a Jesucristo, que ya se usaban objetos varios con el fin de ser introducidos en la vagina,
[spoiler title=’Leer más’ style=’default’ collapse_link=’true’]a veces durante el curso de ceremonias rituales. Estos consoladores o dildos han llegado a nuestra época mucho mas perfeccionados, confeccionados en látex y simulando a la perfección un pene masculino, generalmente tendiendo a la exageración de la proporciones. Sin embargo, su uso no esta muy extendido. Si lo esta, en cambio, el uso de vibradores, aparatos de formas cilíndrica, que no necesariamente representan el pene, y que poseen un motorcito por pilas que produce una vibración de intensidad regulable. Otro objeto, relativamente extendido, es el de las llamadas bolas chinad (ben wa balls), consiste en dos bolas huecas que contienen otra bola mas pesada en el interior. Estas son colocadas en la vagina y, con el movimiento, producen unas sensaciones estimulantes en la zona.
Aparte de la estimulacion específicamente genital muchas mujeres se acompañan durante la masturbación, de caricias en todo el cuerpo, estímulos en los pechos o la zona anal y fantasías sexuales, de las que hablaremos mas tarde. [/spoiler]