El bondage es una práctica sexual que puede resultar muy excitante si la sabemos manejar. Acá te mostramos las posturas básicas y amarres sencillos para que te inicies en este maravilloso y erótico mundo de las ataduras.
La más básica es aquella en que el sumiso se acuesta boca arriba o abajo, según el gusto del Dominante, con los brazos y piernas abiertos para atar sus extremidades a las puntas de la cama.
Otra postura típica es cuando realizamos las ataduras con unas esposas, igualmente el sumiso estará boca arriba o abajo, según deseos de su Dominante, los brazos extendidos hacia arriba, se colocan las esposas en sus muñecas. Una variante para esta postura, es colocar al sumiso boca abajo con los brazos hacia la espalda, y el Dominante colocara las esposas en los brazos, cerca del codo.
Para los que disfrutan las ataduras y posiciones un poco más extremas, hay una postura esencial en el bondage, esta consiste en acostar al sumiso boca abajo, y el Dominante ata sus manos y pies por detrás. En esta posición queda inmovilizado totalmente, dejando los genitales completamente a merced de los juegos y penetraciones. Una variante es colocar al sumiso en posición de perrito y atar únicamente sus brazos hacia la espalda, quedando apoyado en rodillas y pecho.
Una postura sencilla para principiantes es la de sentar a nuestra pareja o sumiso en una silla y atar sus manos por detrás de la misma y las piernas a las patas de la silla. Si el sumiso es mujer, la clave está en sentarla cerca del borde de la silla con las piernas flexionadas y los pies apoyados de la superficie donde está sentada, inmovilizar las piernas atando los tobillos a los muslos, las manos igual van hacia atrás, los genitales quedan expuestos.
[spoiler title=’Seguir leyendo’ style=’default’ collapse_link=’true’] Para un bondage un poco más extremo, podrían probar la siguiente posición; colocar al sumiso boca arriba con las piernas un poco abiertas y llevando las rodillas al pecho dejando los pies a la altura de las nalgas. Aplicar allí la primera atadura, que debe pasar por detrás de la espalda dejando las piernas totalmente inmovilizadas y el área genital al alcance, las manos pueden ir atadas atrás de la espalda o hacia arriba por encima de los hombros, en esta posición el sumiso estará a completa merced del Dominante para su disfrute. Así que ha comprar un buen juego de esposas o unos cuantos metros de cuerda, recuerda que el nivel de intensidad dependerá de la resistencia del sumiso, y que la precaución y seguridad son primordiales.[/spoiler]