¿POR QUE CAMBIAR DE POSTURAS?

La variación en las posturas sexuales no es una obligación, pero puede ser un motivo de creatividad y entrenamiento. Existen factores que motivan la elección de determinadas posturas, como controlar el grado de penetración deseada o la posibilidad de acariciar a la pareja, para potenciar la visión de la pareja o participar mas activamente en el acto sexual.

Si a la siempre placentera estimulacion sensual se une la creatividad e imaginación de cada pareja para buscar nuevas formas de contacto físico, tendremos una sexualidad mas rica y una comunicación mas amplia. Como en todas las maneras de manifestar la forma de ser, habrá personas mas inquieras en su modo de amar y otras mas tranquilas o metódicas, pero raro es encontrar a una pareja que no sienta cierto deseo de variar.

Pero no es la variación por si sola, aunque valida, razón para describir aquí algunas posturas que se pueden realizar, sino el hecho de que algunas de ellas pueden proporcionar un placer mayor o mas prolongado del habitual, o evitar dolor o molestias que con posturas mas tradicionales ha tenido siempre, o conseguir mas comodidad si hay diferencias de peso o volumen entre la pareja, o bien conseguir un roce de clítoris en otras posturas no se lograba, etc…

No existen tantas posturas como muchos imaginan. La naturaleza humana da para bastante, pero no debemos aspirar a ser unos funambulos del sexo y dominar todas las variaciones del Kama Sutra, pues el placer no exige, ni mucho menos, un repertorio de acrobacias.

Vamos a intentar describir a titulo de curiosidad algunas de las posturas y sus principales ventajas. Siguiendo una convención usada entre especialistas en sexologia,

[spoiler title=’Seguir leyendo’ style=’default’ collapse_link=’true’]les hemos dado en algunos casos nombres franceses, dicen que Francia es el país del amor, pero no rescatamos que a muchas parejas les pueda resultar mas divertido inventar un vocabulario propio para describirlas. Y, desde luego, que la fantasía de cada cual desee explorar.

En estado de alerta: 

Las sensaciones que pueden procurarnos nuestros sentidos (la vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto) son verdaderos afrodisíacos que aumentan nuestro placer sensual y sexual. ¡No los desaprovechemos! He aquí algunas sugerencias practicas:

  • Descubre y usa los perfumes, cremas y aceites para el cuerpo, mezclas de flores secas para perfumar las habitaciones, varillas de incienso, flores y todo lo que sirva para despertar el sentido del olfato, ¡pero no lo uses todo una sola vez! Y recuerda que el olor de tu cuerpo puede resultar excitante para tu compañero/a, así que no lo enmascares ni con demasiados productos de perfumería ni con una higiene excesiva. Averigua donde huele mejor tu pareja: ¿En la nuca?, ¿en el pubis?.
  • Pon música: suave y romántica o rítmica, como mas les guste. Y aprende a escuchar los ruidos de sus cuerpos, los gemidos, los suspiros, su respiración, etc…
  • No apagues la luz y mira. Mira el cuerpo de tu pareja, míralo también durante el día, recordando como es esa parte de su cuerpo que oculta la ropa, o la curva de ese musculo en tensión o el nacimiento del vello púbico.
  • ¡Descubre el sabor de tu amante! chupa, lame, juega con tu lengua en todas las partes de su cuerpo. Ha quien ha incluido en estos juegos productos comestibles, como la miel, la nata (crema), etc…
  • No limites tus sensaciones táctiles a las yemas de tus dedos. Acaricia con los pies, con los muslos, con la parte interior de tus brazos, con tus pechos, con la nariz y con cualquier otra parte de tu cuerpo que se te ocurra.[/spoiler]

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