La especie humana tiene inventiva y, por lo tanto, es sano saber variar las posiciones del amor. No obstante, necesitamos un amor personalizado que nazca de la identidad de cara pareja.
Podemos contar con todas las técnicas y no conseguir nunca el objetivo, porque en este caso, como en tantas otras actividades en las que interviene nuestro cuerpo, el resultado siempre depende mucho mas de la practica que de la teoría.
Suponiendo que lo que queremos sentir es nuevas percepciones a través de nuevas posturas, la primera dificultad que interfiere a nivel meramente mecánico son nuestras propias posturas desarrollaras rutinariamente durante muchos años: la movilidad esta limitada, ya sea porque las articulaciones vecinas se han vuelto rígidas con el mal uso, ya porque la propia mecánica sexual produce dolor y calambres en músculos sobretensos.
Debemos saber que hay tres regiones concretas que suelen producir tensión inoportuna y hay que pensar en ellas por separado, ya que las tres pueden inhibir el desarrollo fluido de la sexualidad. Esas tres partes son: los músculos de la cabeza y el cuello; los músculos del pecho y del abdomen en tanto afectan la respiración, y los músculos de la parte inferior de la espalda, la pelvis, y los muslos, en tanto afectan al movimiento genital. es evidente que los brazos y las piernas también suelen ponerse tensos y ser mal usados en la actividad sexual; pero, en general, tendrán un comportamiento aceptable mientras la pelvis se encuentre libre y en la medida en que las articulaciones de los hombros, la cadera y las rodillas se muevan realmente.
Un aspecto muy importante es la conexión entre sexualidad y respiración. Es necesario aprender a no fijar la respiración tensando los músculos excesivamente; si uno nota su respiración bloqueada, siempre es útil tratar de introducir un pequeño orden en la secuencia respiratoria: primero, respirar, dejar salir todo el aire, sin miedo, aflojando la tensión en los hombros y en la parte superior del pecho; segundo, marcar una pausa al final de la espiración, para dejar los pulmones vacíos, y tercero, dejar que el aire vuelva a entrar por si solo de una manera fluida y natural (cuesta, después de sacar todo el aire de los pulmones, no inspirar ansiosamente como si estuviésemos medio ahogados): la inspiración natural debe llenar primero el abdomen y solo al final debe levantar levemente el pecho y el esternón.
[spoiler title=’Seguir leyendo’ style=’default’ collapse_link=’false’]Otra cosa en la que ha que pensar es que en la mayoría de las posturas del amor hay por lo menos un participante acostado y que, en general, las piernas de uno o de otro quedan estiradas a partir de la articulación de la cadera. Curiosamente, el estar estirado con las piernas excesivamente rectas también es una postura que dificulta la relajación al tensar los grupos musculares de la zona lumbar. Un ultimo punto a analizar cuando tratemos de incorporar nuevas posturas en nuestra dinámica sexual habitual es el hecho de que la respuesta sexual humana, igual que otras conductas instintivas, como la respiración y alimentación, es un proceso que se desarrolla por si solo, algo que se debe permitir acaezca, sin interferirlo. Muy a menudo cometemos el error de querer hacer una cosa fija en lugar de dejar que ciertos procesos se desencadenen. Así, acostumbramos a decidir que vamos a realizar determinada postura en lugar de dejar que se desencadene ese proceso natural de expresión sexual en la cual se podrá producir sin cortes de manera espontanea cualquier postura.[/spoiler]